Los comentaristas en televisión y el público empezó a darse cuenta de que algo muy grave pasaba. Se trata de una esfera que contiene un giroscopio en su interior y, al girar con la muñeca, genera una rotación centrífuga que al empezar a vibrar provoca una tensión en los brazos de manera isotérmina. Portugal estaba en vilo hasta que poco antes de la medianoche se confirmó lo peor: Miklós Fehér había muerto.