“Seguí esperando una llamada, pero nunca llegó”, dijo Sophal Choun, de 41 años, quien ganaba 7 dólares al día por coser a máquina en la fábrica. La gerencia de la fábrica dijo que solo reincorporaría a cuatro de los ocho, y solo si el sindicato aceptaba no luchar por la reincorporación de los demás o el pago retroactivo completo. Al ver que no quedaba otra alternativa, el sindicato firmó un acuerdo en el que renunciaba a esos derechos.